Una tarde libre y ¿sola? {Willa}

Después de salir del Instituto, me dirigí hacía casa. Aquel día no había visto a Stefan por ningún lado, por lo que tuve que venirme sola hasta mí residencia. No estaba de humor para escribir en mi diario, pero aún así lo hice. Tenía que apuntar todo lo que me estaba sucediendo, eso hacía que me tranquilizara o eso era lo que yo creeía.
Con los nervios a flor de piel, y sin tener noticías de Stefan, quise ir hasta su casa pero no me atreví puesto que podría ver a Damon y tendría que dar explicaciones, pues aún no me había perdonado que me pusiera en peligro.
Entonces para poder distraerme de todo aquello, decidí acercarme al Grill, allí podría ver a Matt y saber si el sabía algo sobre los Salvatore.
En cuanto aparecí por la puerta pude notar que el ambiente, era como en los días que solía venir, lleno de adolescentes de mi misma edad o un poco más jugando al billar, otros en mesas comiendo e íncluso en la barra bebiendo.
Miré por todos lados, pero mirara donde mirara no encontraba a Matt ¿quizás ya no trabajaba allí?
Fue entonces cuando choqué con una chica, que intuí que tendría mi misma edad.
- P-Perdona.- Dije girandome, mientras la miraba preocupada por si le había hecho daño.-

Mi padre quería que socializara... Oh, si, papa, claro que iba a socializar, quería conocer a la gente que estaba en peligro de muerte por mi culpa. Antes que socializar, quería encontrar un sitio donde atarme en las noches de luna llena, por que gracias a su brillante idea de mudarnos, ya no tenía uno. Me dejó con el coche en la puerta del bar del lugar, "Mystic Grill" rezaba el cartel de fuera. Suspiré y entré.

El lugar estaba a rebosar, así que no llamaría la atención, incluso aunque fuera con unas botas negras de estilo militar, shorts vaqueros algo desgastados, y una camiseta de Led Zeppelin. Me quité las gafas de aviador, colgandomelas al cuello, y me dirigí a la barra, pero por el camino, la chica que iba ante mí, se paró de golpe, retrocediendo, y chocando conmigo.

-Oh, no te preocupes, estoy bien.

Contesté bajando la vista.

Mientras más la contemplaba más me recordaba a alguien quizás la había visto en otro lugar, o quizás no... Pero lo que más me sorprendió es que pensará aquello.

-De verdad que lo siento, es que estoy buscando a un amigo y...-Me paré en seco. ¿Pero que estaba haciendo? ¿Por que le estaba explicando lo que estaba haciendo? Es más era lógico que no le interesara lo que estuviera haciendo principalmente por qué no tenía ni ideea de quien era.

-Perdoname de nuevo, ¿pero nos conocemos? - Le dije extrañada. O si Elena, ¿que es lo que te pasa hoy? Era más que lógico que algo me ocurria, primero que me sonará aquella chica, segundo que diera explicaciones sin motivos y tercero que preguntará aquella estúpida pregunta que seguramente sería daría negativa.

Hice una sonrisita llevandome una de mis manos a la cabeza. Luego miré a la chica y le dije:
-La verdad es que se que ha sido tonta la pregunta anterior es lógico que no nos conozcamos. Soy Elena.- Me presenté, puesto que era lo que alguien normal hubiera hecho en mi misma situación.

Bueno, al menos no me había mirado con desprecio y se había ido. Últimamente era algo que todos hacían. Alcé la vista, asintiendo levemente, como queriendo decir que no tenía porque disculparse. El bar estaba lleno, así que era normal que no me hubiera visto.

-No te preocupes, en serio.

Dije con una pequeña sonrisa. Entonces me preguntó si me conocía de algo, y yo fruncí el ceño, ya que no me sonaba. Aunque claro, tenía memoria de pez, así que quizás la había visto por la calle o algo.

-No, no creo que nos conozcamos, acabo de mudarme. Yo soy Willa, encantada.

Al final iba a socializar y todo, seguro que mi padre estaba encantado con la idea. O quizás ahora cada una nos íbamos a ir por nuestro lado.

Miré a la chica, esperando su respuesta a lo que le había preguntado. Últimamente estaba tan sunmergida en mis pensamientos, que pensaba que nadie podría sacarme a floté, pero tras escuchar a la chica hablar, me di cuenta que podría abrirme a ella. No parecía una mala persona, es más se me hacía bastante encantadora.

- Gracias.- Le dije sonriente, al parecer entendía lo que quería llegar a decirle. Cosa que me pareió extraña ya que no me expresé demasiado bien.

- ¿Willa? es un bonito nombre, encantada -Le dije acercandole la mano, para estrecharsela- Vaya con que acabas de mudarte ¿Y que te trae por Mystic Falls? -Le dije entusiasmada por saber. En aquel instante me apetecía estar con alguien, y la verdad lo que acababa de decir me pareció interesante.

-Amm... Bueno, mi... Mi padre tiene trabajo aquí. Nos hemos mudado por eso más que nada, pero... Pero también por cambiar de aires, supongo.

Eso y que he matado a varias personas, si... Soy un monstruo, pero es un secreto, no se lo digas a nadie. Mi padre tampoco lo sabe, simplemente opina que estoy marcada por el trágico accidente. Oh, y por cierto, es probable que mi madre se suicidara porque se convertía en lobo, exactamente igual que yo. Pensé amargamente, con una sonrisa cordial en el rostro.

Hacía mucho que no charlaba con alguien, y la verdad, lo echaba de menos. Solo que en California todos me preguntaban si estaba bien, que no era culpa mía que aquel hombre borracho hubiera muerto, y blah, blah, blah. Podía mantener una conversación neutra en un bar con alguien que no conocía nada sobre mi ni mi pasado.

-¿Quieres... Quieres un café?

La chica me brindó bastante confianza, era nueva en Mystic por lo que me había contado y yo la verdad queria ayudarla a que se sintiera más agusto, además al parecer tendría mi misma edad. Y no era tonta para deducir que si tenía o rozaba mi edad, tendría que ir al mismo instituto que yo. Por lo que no dudé en querer hacerme amiga de ella, y que no se sintiera sola aquí.

- Vaya, pues opino que esta muy bien, es bueno desconectar de vez en cuando, y lo de los cambios de aires van muy bien para eso.- Quería ser amable, la verdad es que no me costaba hacer amigos, pero con Willa, se me hacía bastante díficil entablar una conversación, y la verdad no sabía el por qué si ella era una chica bastante simpática.
-Claro la verdad es que me iría bien un café.- Contesté a la pregunta que había formulado ella algo tímida, yo acabé por sonreírle.

Mientras le hice una seña con la cabeza, para que nos sentaramos en una de las mesas que estaban vacías.

No creía que le importara realmente lo que le había dicho, lo decía para ser cortés, como todos. Me pediría que le contara algo sobre California, yo le contaría vaguedades, el clima, donde vivía, la playa... Ella haría como me escuchaba, se cansaría de mi y con alguna excusa se iría con sus amigos. Estaba segura de que alguno estaría por el Grill, que estaba a rebosar.

La seguí hasta la barra, sin saber realmente porqué le había dicho a ver si quería tomar un café conmigo. Estaba segura de que le iba a caer mal. Ya me empezaba a poner nerviosa, lo siguiente sería decir estupideces por culpa de lo primero.

Nos sentamos en la barra y pedí un Latte Macchiato, el cual acompañaron con unas galletitas de canela, azúcar y un pequeño caramelo.